Por: Maya Turistic


El Caracol, un inusual edificio redondo ubicado en la parte sur del sitio. Su nombre se debe a la escalera en espiral que tiene en el interior. También se le conoce como el Observatorio, pues es posible que este edificio redondo y situado sobre dos plataformas rectangulares con diferente orientación sirviera para realizar observaciones astronómicas.  

Se encuentra ubicado en la ciudad maya Chichén Itzá, que fue la ciudad maya más poderosa de la península de Yucatán entre los años 550 y 900 d.n.e; durante ese período el sitio alcanzó las proporciones y características urbanas que aún conserva. El nombre del Observatorio se deriva de la inusual escalera que tiene en su interior que semeja una concha de caracol, basada en un sistema de círculos concéntricos y espirales. Desde lo alto de la torre, los Mayas realizaron observaciones a simple vista de las estrellas y registraron sus movimientos. Por estas razones, este edificio es considerado una de las principales construcciones de Chichén Itzá.

Las torres redondas son un rasgo bastante excepcional en la arquitectura maya y, aunque existen algunos ejemplos de la misma época, la estructura del Caracol es la más elaborada y majestuosa. La fachada está adornada con mascarones y figuras humanas rodeadas por plumas. Su apariencia actual es resultado de varias remodelaciones. En el lado sur se agregaron varias construcciones, como cisternas, un baño de vapor y un arco sobre el sacbé.

Cuando camina hacia el frente, descubrirá que el edificio tiene una gran plataforma rectangular en su base, con una plataforma rectangular más pequeña encima, la cual soporta un edificio redondo de dos pisos, con vista a una gran plaza abierta. J. Eric Thompson, un arqueólogo Maya, nos dejó una descripción viva del Caracol, diciendo que “se erige como un pastel de boda de dos niveles encima de la caja cuadrada en la que llegó”.

Los Mayas estaban interesados en la marcación de la posición del sol y los planetas en el horizonte por razones prácticas y rituales. Por el lado práctico, la época de lluvias inicia un poco después del cruce del sol por el cenit en mayo, y fue importante saber de antemano para que la gente pudiera tener listos los campos y semillas para cuando llegaran las lluvias. Y por el lado del ritual, el sol, la luna y los planetas eran las manifestaciones físicas de algunos de los dioses Mayas. El orientar los edificios a los eventos astronómicos asociados con los planetas ayudó conectar esos edificios a los dioses mismos.

Los mayas poseían conocimientos de astronomía muy avanzados para su época; observaban y predecí­an las fases de la luna, los equinoccios y solsticios, los eclipses de sol y luna.

También es casi seguro que calcularon la fecha exacta de la órbita de Marte. Y lo curioso es que realizaron todo esto sin ayuda de lentes para observar objetos lejanos, instrumentos para calcular ángulos, ni relojes para medir los segundos, minutos y horas. Es por eso que este lugar da una idea de lo inteligentes que eran nuestros ancestros.

¡Nunca dejes de viajar, pues México aún tiene mucho por descubrir, que esperas para disfrutar y descubrir un lugar lleno de magia, El Caracol en Yucatán!

¡Vívelo al estilo Maya Turistic!

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