Por Maya Turistic


Una de las tradiciones más antiguas de Tabasco, el ritual de la Pesca de la Sardina Ciega, fiesta de origen prehispánico que forma parte del culto de los habitantes a diversas deidades de la naturaleza, a las cuales piden un año de buen augurio en todos los aspectos de su vida.

El ritual autóctono chol Pesca de la Sardina Ciega se efectuará el domingo 25 de marzo, en el Parque de Naturaleza Villa Luz, y que del 6 al 8 de abril tendrá lugar el Segundo Festival del Mimbre, en el Pueblo Mágico de Tapijulapa, Tacotalpa, informaron los organizadores.

Peculiar cueva del estado mexicano de Tabasco atrae la atención internacional al realizarse en ella un ritual prehispánico que forma parte del culto de los habitantes de Tacotalpa a diversas deidades de la naturaleza (lluvia, agua, tierra y luna), a las cuales piden un año de buen augurio en todos los aspectos de su vida.

La ceremonia se lleva a cabo el Domingo de Ramos, entre marzo y abril, según sea el mes durante el cual se celebre la Semana Santa, y en esta ocasión será el próximo 28 de marzo, así que aún está a tiempo para incluirla en su agenda de viajes y aprovechar la oportunidad para conocer otros atractivos más en el Edén del sureste mexicano.

Dentro del Área Natural protegida del Parque Estatal de la Sierra, en la zona de Villa Luz, Tacotalpa, se encuentra la Cueva de la Sardinas Ciegas, de interés internacional por contar con uno de los micro-ecosistemas más singulares del planeta, compuesto por varias especies que viven en condiciones de oscuridad total, de entre las cuales sobresale una especie de sardina que al parecer es ciega.

Comienza desde muy temprano en las albercas de aguas sulfurosas. Allí se raspa el barbasco (paullinia mexicana: planta que contiene retenona, toxina natural que inhibe el oxígeno en los tejidos, ocasionando que los peces se adormezcan), que se empleará para pescar.

 

Música y danza

Una vez obtenido el barbasco, con música de tamborileros se camina hasta la entrada de la Cueva donde se llevará a cabo este tradicional baile: los danzantes llevan un canasto de mimbre típico de la región adornado con flores y una vela, además de llevar el barbasco, envuelto en hoja de plátano.

El primero que danza en el ritual es el más viejo, el patriarca, los demás sólo lo observan y después se integran bailando en círculo.

Concluida la danza, el patriarca eleva el canasto con flores, la vela y un sahumerio en señal de saludo a los dioses de la tierra, el agua, la luna y la lluvia; una vez que cesa la música, pide a los espíritus que moran en la cueva su venia para entrar con una plegaria en lengua zoque.

Dicha la plegaria todos se dirigen a la cueva y entran hasta donde la oscuridad lo permite. En ese momento encienden las velas y se escucha el murmullo de las voces de quienes muelen y preparan el barbasco para arrojarlo al agua, provocando así que los peces se narcoticen y salgan a las orillas; entonces los danzantes sacan sus canastos y los llenan con sardinas ciegas, para después festejar la pesca y emprender el regreso a sus casas.

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