En el sureste mexicano encontramos una rica diversidad en la gastronomía, rescatada principalmente por los pueblos prehispánicos. En el caso de Tabasco, muchas de esas tradiciones siguen con vida. En una tierra rica en nutrientes, en aquellos tiempos cuando no existía la ganadería, las comunidades buscaban alimento en la naturaleza misma; se descubrió el cacao y aprovecharon animales silvestres. Así fue como los mayas chontales conocieron al pejelagarto, un exquisito fósil viviente.
En la región, puedes encontrar el pejelagarto en una gran variedad de platillos: frito, empalado, a la leña, al carbón, en tamales, en empanadas, en tortillas rellenas con queso y camarón, en ensalada o simplemente asado, acompañado con tortilla al mojo de ajo, chile amashito y limón. Sin embargo, el platillo más representativo es el pejelagarto en chirmol, receta chontal que ha sobrevivido al paso del tiempo.
Hoy la Revista te trae esta sabrosa receta para recordar a tabasco como se merece y disfrutar de su sabor muy ¡Al Estilo Maya Turistic!
Ingredientes
1 pejelagarto de dos kilos
1/4 de semillas de calabaza
1 tortilla
1/4 kg. de masa
2 chiles dulces (pimiento morrón)
1 cebolla
1 rama de epazote
2 tazas de agua
1 ajo
12 hojas de epazote
2 jitomates rebanados
Preparación
Primero se asa el pejelagarto. Se le quita la piel, se corta en trozos (puede ser tipo posta o pedazos). Se vuelve asar hasta que quede bien dorado.
Para el chirmol — que es una especie de mole —, se tuestan las semillas de calabaza y la tortilla. Los chiles se fríen. La cebolla se asa. Todos estos ingredientes, una vez listos, se llevan a la licuadora o al procesador. Se le agrega la masa y 2 tazas de agua. Mezcla y, al final, se cuela para llevarla al fuego.
Una vez que hierve, se le agrega una rama de epazote y el pejelagarto. Se retira del fuego y se sirve adornando el plato con chiles dulces, hojas de epazote y/o jitomates rebanados.