Por Maya Turistic


Hecelchakán es un pueblo ubicado al norte del Estado de Campeche. El nombre original del lugar es Helelchakán proveniente de los vocablos mayas “Helel” y “Chakán” que significan “Descanso” y “Sabana” respectivamente, y su traducción se interpreta como “Sabana del descanso”.

Fundada alrededor de un cenote por los habitantes de la extinta población de Xkalumkín, entre los años 1500 y 1600, Hecelchakán estaba rodeado de grandes sabanas, lo que motivó que los indígenas lo llamaran Helelchakán (sabana del descanso), que al ser castellanizado su nombre se transformó en Hecelchakán.

Esta localidad cuenta con una gran variedad de tradiciones y costumbres, por lo que es rica en cultura. Atractivos monumentos históricos adornan sus calles por mencionar la iglesia y Convento de San Francisco de Asís, la Iglesia de La Purísima Concepción, el Museo Arqueológico del Camino Real, entre otros.

De las leyendas e historias fantásticas y populares de Hecelchakán, podemos mencionar el Perro de la Cruz Verde. Se dice que en el cruzamiento de las calles 14 con 23 del barrio de San Antonio hay una cruz verde enclavada desde hace mucho tiempo.

Los abuelos relatan que el por qué se encuentra la cruz verde en dicho lugar, es que hace mucho tiempo un perro negro solía salir de una cueva localizada por ese lugar y todas las noches asustaba a los que a altas horas aún andaban por las calles del lugar que hoy se llama Chencauich.

Las cuevas nos recuerdan la cosmovisión ancestral de los mayas que las reconocían como el lugar del Inframundo, el lugar de la oscuridad donde el dolor y la muerte tenían su reino. Eran lugares temidos y ahí los dioses del amor y del sol acudían después de cada atardecer para combatir, durante la noche, a Ah Puch, la muerte, y salir triunfantes cada amanecer después de arrebatarles la vida y el amor.

Se comenta que este perro negro tenía los ojos rojos con llamas y salía a comer carne fresca y sangre de animales, aves o murciélagos. Siempre recorría las calles, desde las cuevas hasta la escuela primaria que se encuentra en Chencauich, en cuyos techos solía desaparecer. Los habitantes se encontraban muy asustados y apenas entraba la noche se resguardaban en su casa y prendían una veladora.

En una ocasión un borrachito que parecía no temerle a la aparición lo esperó muy cerca de la escuela y al verlo le disparó, pero las balas no le hicieron nada al perro. El borrachito despavorido al ver que se le acercaba el perro corrió y corrió, y del susto se le quitaron los efectos etílicos refugiándose en su casita de guano.

Los vecinos del lugar al verse sin la tranquilidad habitual de las noches se organizaron para enfrentar al perro de la Cruz Verde. Tomaron sus cruces y agua bendita y lo esperaron en el techo de la escuela de Chencauich. Como a las dos de la mañana escucharon los aullidos del perro y cuando llegó lo acorralaron con las cruces y le arrojaron el agua bendita. Ahí mismo desapareció el perro y nunca más volvió a aparecerse.

Desde esa vez los vecinos pusieron una cruz verde en la cueva donde solía aparecer el perro y la tranquilidad retornó a las noches de Hecelchakán. La cruz verde es el símbolo de la Ceiba sagrada en la cosmovisión maya, es el Yaxché donde los muertos acuden para encontrar paz y amor. Es el símbolo de las cuatro direcciones del mundo y del universo. El símbolo sagrado de los mayas.

Desde entonces la tranquilidad reinó nuevamente en las calles y los vecinos salían a conversar a las puertas de su casa, disfrutando de la frescura del viento y la contemplación de las estrellas.

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