Por: Ahimara Nahaiví Suárez Ramírez


No puedo explicarte porque llevo 21 años viviendo en este país, pero puedo decirte que cuando viajo, al volver a ver desde la ventana la cantidad increíble de árboles y de agua que me reciben , mis ojos vibran, mi alma siente una felicidad de niña… Eso me cuenta Alexandra mientras me acercan pan con hongos en Monte Verde Trattoria, y yo sonrió y miro a mi alrededor, estoy dentro de la selva, con el aire húmedo y vivo que solo pueden proporcionar los arboles grandes, mezclados con los ojos de agua y cascadas que se encuentran a pocos kilómetros y el ambiente me envuelve, desde la primera vez que visite este lugar hace unos tres años me sentí como en casa, la atención personalizada siempre se nota y en esta ocasión logre además sentar a Ale en la mesa por un momento para charlar, a todas horas la puedes ver dando vueltas dentro del lugar, saludando a los comensales, probando platillos, bailando, creyendo en su visión, en lo que comparte con sus visitantes, Primero fue en Don Muchos y ya desde hace varios años en Monteverde donde decidió que quería compartir uno de los mejores conceptos de restaurante italiano desde mi punto de vista, una trattoria, donde los ingredientes frescos, la comida hecha al momento y personalizada, así como la calidad y calidez del hogar son puntos destacables, sin embargo no podemos dejar de mencionar que la idea también es compartir sabor y por eso les puedo compartir que los embutidos están hechos en el mismo lugar con recetas de 1800, que el pan está saliendo constantemente del horno de piedra, que las pastas frescas absorben el sabor de la salsa como si se tratara de magia y que tienen una variedad curiosa para elegir, los langostinos de rio en pizza son un manjar, y la carne oh la carne, el café, el tiramisú, los vinos, todos eso que además es acompañado por música en vivo, aquí se canta, se baila, se habla, se recuerda, se vive y todo inicio de cero, con un sueño y con ganas, una aventura de vida la trajo hasta este punto en el que sus comensales vuelven, de todas partes de México y el mundo, si están en Palenque, Chiapas seguro dedican al menos una tarde o una noche a recordar que México también es de quien encuentra en sus rincones calor de hogar, de quien aprecia sus espacios naturales y los enaltece con ritmos de todas las culturas y de quien está dispuesto a creer que las frontera desaparecen cuando se comparte una mesa y una charla real.

Si aún no conoces este sitio, te invito a que vayas pronto, a que pidas que te cocinen algo al estilo Maya Turistic y que después nos cuentes que tal te fue.

Lo extraordinario es sentirte en tu hogar sin importar cuán lejos te encuentres, porque el hogar es la sensación de confianza y amabilidad que llevábamos por donde viajamos y eso también es vivir al estilo Maya Turistic.

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