En la Selva Lacandona, se encuentra una de las más bellas lagunas de Chiapas: la Laguna de Miramar. ¡Visítala en la Reserva de la Biósfera Montes Azules!
- Chiapas destaca por su riqueza paisajística y por la biodiversidad sorprendente de su costa chiapaneca, que alberga playas y lagunas encantadas como Playa linda y Laguna Pozuelos.
Por: Maya Turistic
Playa Linda es la playa preferida por los nativos de la región, por la belleza de su ancha playa y su fina arena; Playa linda finaliza en un gran estero llamado Laguna Pozuelos, donde crecen grandes mangles. En ellos habitan garzas y diversidad de pájaros acuáticos.
La flora y fauna de Montes Azules es muy rica, invertebrados, mariposas y alrededor de 112 especies de peces, otras de anfibios y reptiles son protegidos en esta área. En la reserva se encuentra la cuenca del Río Lacantún, y los ríos que son sus límites naturales Lacanjá y Jataté. En la zona también se formas cuerpos de agua de distintos tipos, en el norte hay un gran complejo natural formado por varias lagunas como la Laguna Ojos Azules, Laguna Ocotal, Laguna Yanqui y Laguna El Suspiro. En el centro-oeste y noroeste de la reserva se encuentran las lagunas Lacanjá y Miramar.
La Laguna Miramar es como una isla de agua dentro de la densa selva de Chiapas. Esta reserva de la biósfera es uno de los ecosistemas más diversos del planeta; en su interior uno experimenta esa rara ambigüedad de sentirse un ser extraño en un santuario de la naturaleza y al mismo tiempo parte integral de un todo armónico. Aquí, lejos de la cotidianidad, se estimulan todos los sentidos: es posible percibir colores brillantes, disfrutar aromas exóticos y escuchar los sonidos estremecedores de los monos saraguatos que habitan en los árboles.
Los árboles con grandes alturas de 30 a 50 m y diámetros de hasta un metro predominan en el paisaje. Así, nos topamos con ceibas, amates, guanacastles, el súchil, la caoba y el palo mulato. En muchos de ellos se observan los típicos contrafuertes que les permiten agarrarse al suelo.
Cómo llegar a Miramar.
Llegamos a la casa de Manuel Gómez, quien se hizo cargo de facilitar nuestro traslado a la Laguna de Miramar, una de las más espléndidas lagunas de Chiapas, donde se entretejen varias historias a lo largo del tiempo: la de los antiguos lacandones, la de los conquistadores y la del agreste ambiente selvático.
Al salir del poblado nos topamos con el río Perlas, de unos 25 metros de ancho. Los caballos que nos transportaron debían cruzarlo en cierto punto, pero nunca pensamos que el agua nos llegaría hasta la silla de montar. El grupo de apoyo que iba a pie llevaba parte del equipo y lo cruzó a través de un puente colgante; con su experiencia para moverse en la zona, llegó antes que nosotros a la laguna. En el camino pudimos observar la selva secundaria que predomina después del desmonte.
Alcanzamos la Laguna de Miramar por la noche. Sólo percibíamos el contorno de los enormes árboles de esta parte de la Selva Lacandona, adornados por miles de luciérnagas.
Camino a la Laguna de Miramar
Desde San Cristóbal de las Casas hay que tomar la carretera federal núm. 190 hacia el sur, y tras recorrer 108 km encontrarás una desviación, a la izquierda, en dirección a Emiliano Zapata.
Una vez allí toma la carretera de terracería rumbo a San Quintín, en plena Reserva de la Biósfera Montes Azules, donde se halla la Laguna de Miramar, cuya ubicación geográfica clima y variedades bióticas hacen del lugar un sitio privilegiado.