El sur de México es un festín para los sentidos. Entre mercados vibrantes, fogones encendidos y recetas que han pasado de generación en generación, esta región ofrece una experiencia culinaria única que va más allá del simple acto de comer: es un viaje por la historia, la cultura y la identidad de sus pueblos.
Oaxaca: La Capital del Sabor
Considerada la cuna del mole, Oaxaca deslumbra con su diversidad de sabores. Desde el mole negro hasta el amarillo, cada variante es un homenaje a la cocina ancestral. En los mercados de la ciudad, como el Benito Juárez o el 20 de Noviembre, es posible degustar tlayudas crujientes, chapulines sazonados y el icónico queso Oaxaca. Además, el mezcal, con su distintivo aroma ahumado, es el acompañante perfecto para cualquier platillo.
Chiapas: Entre Café y Tamales
El estado de Chiapas no solo cautiva con sus paisajes selváticos y pueblos coloniales, sino también con su gastronomía. En San Cristóbal de las Casas, una parada obligada es el café chiapaneco, considerado uno de los mejores del mundo. Los tamales, como el de bola o el de chipilín, son una muestra de la fusión entre ingredientes indígenas y la influencia colonial.
Yucatán: El Encanto de la Cocina Maya
La península de Yucatán es un tesoro culinario en sí misma. La cochinita pibil, cocida en horno de tierra y aderezada con achiote, es el plato estrella de la región. También destacan los panuchos y salbutes, pequeños antojitos que combinan texturas y sabores inigualables. En Mérida, los restaurantes tradicionales aún preparan estos platillos con recetas que han sobrevivido el paso del tiempo.
Explorar el sur de México a través de su gastronomía es una experiencia imprescindible para los viajeros que buscan conocer el país desde su raíz. Entre aromas, colores y sabores, cada bocado cuenta una historia que vale la pena descubrir.
INGLES
Southern Mexico is a feast for the senses. Between vibrant markets, sizzling stoves, and recipes passed down through generations, this region offers a unique culinary experience that goes beyond just eating—it’s a journey through history, culture, and identity.
Oaxaca: The Capital of Flavor
Considered the birthplace of mole, Oaxaca dazzles with its diversity of flavors. From mole negro to mole amarillo, each variety is a tribute to ancestral cuisine. In the city’s markets, such as Benito Juárez and 20 de Noviembre, visitors can savor crispy tlayudas, seasoned chapulines (grasshoppers), and the iconic Oaxaca cheese. Mezcal, with its distinctive smoky aroma, is the perfect pairing for any dish.
Chiapas: Between Coffee and Tamales
The state of Chiapas captivates not only with its lush jungles and colonial towns but also with its gastronomy. In San Cristóbal de las Casas, a must-try is Chiapas coffee, considered one of the best in the world. Tamales, such as the “de bola” or the chipilín variety, showcase the fusion of indigenous ingredients with colonial influences.
Yucatán: The Magic of Maya Cuisine
The Yucatán Peninsula is a culinary treasure in itself. Cochinita pibil, slow-cooked in an underground oven and marinated with achiote, is the region’s signature dish. Other highlights include panuchos and salbutes, small street snacks that blend unique textures and flavors. In Mérida, traditional restaurants still prepare these dishes using time-honored recipes.
Exploring southern Mexico through its gastronomy is a must for travelers eager to experience the country at its roots. Between aromas, colors, and flavors, every bite tells a story worth discovering.
derechos de la foto: Martin Garcia