Madre e hija viviendo la aventura en el Cenote Hubiku
Página 10 de la Edición #63 de Agosto de 2018
Por: Diana Moreno
Viajar, explorar, conocer nuevos lugares, cerca o lejos siempre será algo enriquecedor, pero hacerlo con la persona que te dio la vida: tu mamá, será una experiencia inolvidable. Es una manera de retribuirle todos los desvelos, preocupaciones y cuidados que tuvo cuando eras pequeña o pequeño. Además, regalarle la oportunidad de admirar nuevos paisajes será algo que nunca olvidará.
En este recorrido, mi mamá y yo emprendimos la aventura a un mágico lugar ubicado en el Estado de Yucatán, nos dirigimos al Cenote Hubiku, que está en el poblado de Temozón muy cerca de la ciudad de Valladolid y la Zona Arqueológica de Chichen Itzá.
En este lugar, que en maya significa “El Gran Señor o Nido de Iguanas”, vivimos grandes aventuras y no paramos de admirar los grandes paisajes que tiene nuestro país. La entrada al lugar es de aproximadamente 50 pesos niños y adultos y está abierto de lunes a domingo de 9:00 am a 05:00 pm.
Al adentrarte a esta maravilla, vas a encontrarte con un parador con las letras de Hubiku en donde podrás tomarte las fotos que quieras para llevarte un gran recuerdo; más adelante empezarás un recorrido por la Aldea Maya en donde lo primero que llamará tu atención son las hamacas colgadas debajo de los árboles, que te darán ganas de correr a acostarte y tomar una siesta entre el sonido de los árboles.
Tras pasar por el camino de las hamacas, te adentras por unas pequeñas cabañas que muestran parte de del estilo de vida de las personas de estas comunidades y si tienes suerte (como nosotras) vas a toparte con una mujer indígena (Mestiza) que te invita a probar un taco de cochinita recién salido del carbón, con tortillas hechas a mano. Sin duda vas a querer probar más; no olvides dejarle una propina.
El recorrido continúa en el Museo del Tequila, un espacio dentro del cenote que te da la oportunidad de conocer más sobre esta bebida mexicana; en la entrada podrás tomarte una fotografía en un pequeño mural muy colorido para recordar tus raíces. Al entrar al museo hay una persona ofreciéndote distintos tipos de tequila desde el tradicional, hasta de sabores como el café, mientras escuchas música ranchera. Ahí mismo puedes comprar el tequila que sea de tu agrado.
Saliendo del museo, estás listo para conocer el cenote. Pero antes de llegar a él, es importante que primero pases a los baños para ponerte tu traje de baño, enjuagarte en las regaderas y sólo llevar lo indispensable para darte un chapuzón, porque vas a bajar 115 escalones de piedra para poder llegar a él.
Mientras bajas al cenote, vas a encontrar a personajes mayas, incluso un chamán que te bendecirá; a ellos también les puedes dejar propina pero esa es tu decisión. Y de pronto, al bajar por los escalones, ya estás listo para disfrutar de esta gran maravilla natural. El cenote tiene un orificio por donde un gran árbol alguna vez introdujo sus raíces para llegar hasta sus frescas aguas, el agua baja como cascada y a su alrededor los pájaros revolotean como si estuvieran en el paraíso.
Sus aguas color esmeralda te invitan a nadar en ellas; su profundidad es de 27 metros y la abertura en el centro del mismo permite que los rayos del sol entren, creando un espectáculo visual que vale la pena admirar.
Si no sabes nadar o no sabes dónde dejar tus cosas, no te preocupes. Puedes rentar un chaleco salvavidas por 35 pesos aproximadamente y un locker para guardar tus cosas por 20 pesos. No hay pretexto para no nadar.
Luego de haberte refrescado, es momento de la hora feliz: la comida. En Hubiku hay varios lugares en donde puedes comer, nosotras acudimos al restaurante más grande en donde hay buffete. Mientras disfrutas de una deliciosa comida, hay un espectáculo de baile regional que te encantará.
Para terminar tu recorrido, puedes pasar a la tienda de artesanías para llevarte un gran recuerdo de tu estancia en el cenote.
Sin duda, esta fue una de las mejores experiencias de viaje que he vivido con mi mamá, ella se divirtió como niña y disfrutó de este gran recorrido. Hubiku es una gran opción para pasar un domingo agradable y muy divertido ¿te atreves a conocerlo?