El director del Patronato Cultur, Mauricio Díaz Montalvo, señala que el proyecto del Tren Maya en Chichén Itzá permitirá la creación de un polo de desarrollo en terrenos cercanos a esa zona arqueológica, pero no sería en Pisté, sino en Tinúm.
“El INAH ya nos ofreció un espacio para ello, pero falta conseguir el dinero”, dice.
Según Díaz Montalvo, el Tren Maya será “una opción adicional de transporte” para llegar a Chichén Itzá, que atraería a un mercado nuevo de turistas, principalmente europeo, “que le gusta ver el paisaje, pasar tres días en un pueblito y buscar otro tipo de experiencias”.
“Creo que el Tren Maya podría aumentar el flujo de turistas a Chichén Itzá, aunque los grandes resultados tardarán algunos años en verse”, reconoce.
Respecto al espectáculo de luz y sonido de esa zona, el funcionario precisa que hay planes para realizar el próximo año una renovación de los proyectores, que ya están obsoletos, y aprovechar esos cambios para mejorar la calidad del espectáculo.
“Donde sí habrá una importante renovación es en el equipo de Luz y Sonido de Uxmal. En ese lugar pondremos algo mucho mejor, mediante una inversión de 35 a 37 millones de pesos del presupuesto de Cultur. También haríamos algunas pequeñas modificaciones al texto”, precisa.
Asimismo, afirma que la afluencia de visitantes al Luz y Sonido de Uxmal es de 50,000 personas al año y de 56,000 en Chichén Itzá.
Sobre el conflicto entre algunos grupos de artesanos de Valladolid con el Grupo Xcaret, ocurrido hace algunas semanas, como publicamos, Díaz Montalvo recuerda que decenas de ellos marcharon por las calles de esa ciudad para exigir al gobierno dar marcha atrás al proyecto de abrir una tienda de artesanías de ese grupo, a la que irían los cientos de turistas que diariamente transportan de Quintana Roo a Chichén Itzá, y donde se les abrirían espacios a los artesanos locales.
“En el gobierno vimos con buenos ojos ese plan y solo pusimos una condición: que Grupo Xcaret, como tal, no vendiera artesanías yucatecas, sino solo artículos con motivos mexicanos —sombreros de charro, sarapes, llaveros, etcétera— para no perjudicar a los artesanos locales”, recuerda.
“Queríamos aprovechar la capacidad de Grupo Xcaret para movilizar 200,000 turistas al año a Chichén Itzá a través de Valladolid. El plan era que esas personas, después de recorrer la zona arqueológica, fueran a Valladolid a comer en un lugar junto a una tienda de artesanías de Xcaret, pero con productos locales”.
De acuerdo con Díaz Montalvo, el camión hace de 45 minutos a una hora en Valladolid, de modo que los turistas tendrían la oportunidad, no solo de comprar artesanías, sino de caminar por las calles y adquirir otros artículos.
Pensamos que con este plan la derrama económica sería muy buena.